Primera Norma de Emisión de Olores en Chile: un desafío para el sector porcino

15 de febrero, 2023

Para la industria de alimentos, y particularmente de la carne de cerdo, es muy relevante garantizar la bioseguridad en todos los procesos, así como la inocuidad de los productos y la cadena de frío, todo lo cual repercute directamente en la calidad de los cortes. Por esto, las empresas asociadas a ChileCarne -asociación que representa […]

Para la industria de alimentos, y particularmente de la carne de cerdo, es muy relevante garantizar la bioseguridad en todos los procesos, así como la inocuidad de los productos y la cadena de frío, todo lo cual repercute directamente en la calidad de los cortes. Por esto, las empresas asociadas a ChileCarne -asociación que representa la marca sectorial ChilePork, con la cual se reconoce a la carne de cerdo chilena en distintos países del mundo- han procurado mantener los más altos estándares en la logística que permite que los productos lleguen a destino en Chile y en el mundo. 

El lunes 6 de febrero de 2023 entró en vigencia la primera norma ambiental chilena que regulará la emisión de olores y que aplicará al sector porcino nacional. Esta norma es la primera que se dicta dentro del marco de la Estrategia de Gestión del Control de Olores que viene implementando el Ministerio del Medio Ambiente de Chile (MMA) desde  2014.

Se trata de una norma de olores con estándar internacional que busca prevenir y controlar la emisión desde planteles porcinos -tema en el cual la industria ya ha avanzado en el cumplimiento-, mediante el establecimiento de mejoras tecnológicas que permiten reducciones de las emisiones desde el origen. Su ámbito de aplicación es en todo el territorio nacional y aplicará a planteles porcinos sobre 750 animales. Tanto el control como la fiscalización serán responsabilidad de la Superintendencia del Medio Ambiente.

Daniela Caimanque, jefa de la Sección de Olores en el Departamento de Ruido, Lumínica y Olores del MMA destaca: “A partir del diagnóstico desarrollado por el Ministerio para la elaboración de esta normativa, se puede afirmar que en Chile existen varias particularidades, principalmente grandes diferencias entre los planteles pequeños y los de mayor tamaño. Por ello, la normativa que entró en vigencia establece exigencias que se enfocan en alcanzar “pisos tecnológicos” por categorías de planteles según su tamaño. En detalle, los planteles pequeños deberán realizar reducción de sus emisiones en el área de lagunas; los planteles medianos, en el área de lagunas y compostaje, mientras que a los planteles grandes, que en su mayoría ya cuentan con estas medidas, se les exige ir un paso más adelante, es decir, avanzar en una reducción de emisiones que les permita alcanzar un impacto odorante máximo 8 OUE/m3 P95. Esto implicará reducciones en otras áreas y, en muchos casos, implementar medidas adicionales a las tecnologías que ya han implementado”.

Daniela Álvarez, gerente de sostenibilidad ChileCarne, asociación que representa la marca sectorial ChilePork, con la cual se reconoce a la carne de cerdo chilena en distintos países del mundo, indica: “La norma de emisión promulgada, es una de las más exigentes a nivel mundial, lo cual, si bien es una alegría y un deseo para muchos, significa grandes esfuerzos para un sector atomizado que tiene un 80% de empresas productoras pequeñas y medianas, y el desafío de alimentar con productos de calidad, a precios económicos y producidos de manera sustentable, a una población que crece constantemente. Las nuevas exigencias obligan a reducir las emisiones de olores en los planteles existentes e imponen limites aún más exigentes para planteles nuevos que quieran construirse”.

Desde 1999 el sector porcino ha estado trabajando en gestionar las emisiones de olores desde los planteles en Chile, a través de la implementación de medidas y prácticas de producción limpia. Paralelamente, comenzó a invertir en la adopción de tecnología de punta para el manejo de purines, responsable de la mayor parte de las emisiones de olores molestos a nivel predial. Hoy el 80% de la producción nacional de cerdos posee sistemas de tratamiento avanzados de purines, como lo son entre otras: las plantas de lodos activados, biodigestores, lombrifritos, camas calientes y bioestabilizado de sólidos, lo cual, ha permitido reducciones de hasta un 95% de la tasa de emisión de olores en planteles.

Al respecto, Daniela Caimanque indica: El diseño de la normativa tiene un enfoque tecnológico. Por lo anterior, tanto la implementación de tecnologías como las buenas prácticas operacionales juegan un rol importante. Si las tecnologías de abatimiento de olor en un plantel porcino no son bien operadas y mantenidas, no generarán el efecto mitigador esperado. Por ello, con la implementación de la normativa, se espera tener un seguimiento operacional de las tecnologías de abatimiento de olor y así evitar episodios de olor y molestia a la población cercana”.

“Estos importantes avances logrados hasta el momento como industria, con el apoyo del sector público, se complementan con el trabajo que la Asociación de Exportadores de Carnes, Chilecarne, en conjunto con la Asociación de Productores de Cerdos de Chile, ASPROCER, vienen realizando desde 2018 cuando se adhirieron al Programa Chile Origen Consciente del Ministerio de Agricultura, una iniciativa que nos permitió contar con el ‘Primer Estándar de Sustentabilidad para la Producción Porcina Nacional´ y que incorpora 17 aspectos de la sustentabilidad, entre ellos: eficiencia hídrica, energética, cuantificación de la huella de carbono, relacionamiento comunitario,  gestión de las emisiones de olores molestos y que apoya a los productores en la adopción e implementación de este tipo de normativas, proporcionando asistencia técnica y capacitación para el logro de los objetivos. A la fecha ya son más de 130 las instalaciones que se han adherido al programa, las cuales están próximas a la certificación, y esperamos este año avanzar sumando a más productores a esta iniciativa que promueve el desarrollo de un sector agroalimentario competitivo y sustentable, en los diferentes mercados, tanto a nivel local como internacional”, señaló Álvarez.

De acuerdo a estudios realizados por ASPROCER, los costos proyectados de implementación de la norma para las empresas alcanzarían los 82 millones de dólares en total. El gremio ha diseñado una estrategia de apoyo al cumplimiento que contempla cuatro ejes: Vinculación con autoridades, empresas proveedoras de tecnologías y servicios; Capacitación para las empresas y su personal; Asistencia técnica y; Apoyo a la difusión con las comunidades locales, respecto de los alcances de esta regulación, así como del trabajo y los avances realizados por las empresas.

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